1.7.11

El arrullo del diario

En la playa también he estado mirando qué hace con los periódicos la gente que los compra. Una observación breve, por otra parte. Básicamente, los leen. Sin efecto aparente.

A quien más recuerdo es a una mujer de unos setenta con gafas blancas y el pelo recubierto de rubio. Empezó el periódico por la portada, fue pasando páginas, y calculo que no había alcanzado la mitad cuando se quedó dormida, con el artefacto despanzurrado cubriéndole el pecho, el vientre y los brazos. Quedaba a la vista un rostro de evidente placidez. El periódico como arrullo de lectores, tal vez su única función verdadera. En el transcurrir de sus letras y en el posarse levemente sus páginas sobre su sueño.

La mujer despertó unos minutos después. Y ya no se retiró el papel, ni el rostro, mientras hablaba con su presunto esposo incorporada sobre un costado. Hasta que se levantaron a ejecutar su paseo y ya no los vi más.

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